En estas imágenes se desvela un diálogo íntimo entre la ciudad y la naturaleza. Mis fotografías capturan ese límite difuso donde ambos mundos se encuentran y se entrelazan, creando un lenguaje pictórico único. A través de la lente, exploro una situación cromática singular generada por la presencia del agua, ya sea como lluvia, humedad, bruma o hielo.
Este cruce entre fotografía y pintura se manifiesta en cada obra, evocando sensaciones húmedas y atmosféricas que invitan al espectador a sentir y reflexionar sobre los límites y las conexiones entre estos dos universos aparentemente dispares.
Mi intención es que quede de manifiesto el proceso creativo, que se desarrolla durante paseos por la urbe, durante los cuales pongo atención a estos elementos cromáticos naturales, haciendo una pausa en el recorrido y ralentizando la cadencia frenética de las ciudades.